9 de septiembre de 2013

Leyenda de la Chica de la Curva, en Barcelona

Hola Lectores:

Si queréis publicar algo en mí blog para que lo vean los demás, enviármelo al e-mail: alberto.zambade@hotmail.com y en breve será publicado.

Saludos del Dardo
Esta leyenda es de una lectora Jésica de (BCN). Es una leyenda muy interesante, cargada de momentos de verdadero pánico, por lo que recomiendo se ajusten bien a los sillones porque no es para menos.
Os dejo con ella...
Jessica (Barcelona. España)

La chica de la curva

Me llamo Jéssica y también soy webmaster aficionada y adicta a las historias de terror. Como aportación personal a ésta fantástica web, les voy a contar una historia local, que es muy conocida aquí, en Barcelona (España).

Cuentan que esto sucedió una noche de niebla espesa, en las curvas de Garraf, una sucesión de curvas cerradas y muy peligrosas, hace muchos años, mucho antes de que se construyera la autopista que ahora cruza las entrañas de la montaña de Garraf.

Era noche cerrada, caía una lluvia suave pero ininterrumpida y la niebla cubría la noche con su manto blanquecino, impidiendo ver más allá de 15 metros.

Un hombre iba conduciendo su coche por las curvas, deseoso de llegar a su casa y reencontrarse con su mujer y sus dos hijas después de un largo fin de semana de trabajo.
En una de las curvas del camino, vió a una autoestopista, una joven rubia, demacrada y pálida, empapada por la lluvia, con un largo vestido blanco desgarrado y sucio de barro. Este hombre se apiadó de la joven y, pisando los frenos, decidió llevarla consigo y acercarla hasta el pueblo más cercano.

Durante gran parte del trayecto, el hombre y la joven fueron hablando de cosas triviales, cuando, en un momento dado, antes de llegar a una de las curvas más cerradas y peligrosas de las cuestas, la joven le avisa de que reduzca la velocidad hasta casi detenerse y que pase muy poco a poco.
El hombre lo hace, y comprueba, asustado, que, de no haber sido advertido por ella del peligro, probablemente se hubiera despeñado por barranco con el coche. Le da las gracias, agradecido por haberle salvado la vida, a lo que la joven contesta:

- No me lo agradezcas, es mi misión; en esa curva me maté hace más de 25 años, en una noche como ésta...

Y después de pronunciar éstas palabras, desapareció, dejando como única prueba de su espectral aparición, el asiento húmedo del acompañante por sus ropas mojadas...
Aquí os dejo el video de la leyenda, para que veáis que es cierto y que se ajusta muchísimo a la realidad.

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