Si queréis publicar algo en mí blog para que lo vean los demás, enviármelo al e-mail: alberto.zambade@hotmail.com y en breve será publicado.
Saludos del Dardo
La joven desconocida
Hace tres meses me sucedió una cosa muy extraña. Me empeñé en encontrar un libro que era imposible de encontrar. Me había tirado detrás de él más de tres años y jamás, en todo ese tiempo, logré dar con su paradero. Estuve husmeando librerías, bibliotecas y en el único sitio dónde solía encontrarlo siempre era en Internet. Pero cuando intentaba leerlo me saltaba una contraseña, el autor lo tenía registrado. Qué rabia. Era una obra excepcional e inédita y por aquel entonces me moría de ganas por devorarla. Una tarde, paseando por las calle de mi pueblo, decidí tomar otro camino diferente al que habitualmente hacía todas las tardes de ruta a casa. Me desvié por la calle Las Tiendas pasando cerca de la Biblioteca Pablo Neruda y me volví a desviar, para hacer tiempo, por la calle Juan XXIII. La noche estaba fría, las calles solitarias y el viento era mi amigo invisible. Cuando de improviso, al mirar al frente, descubrí a una joven sentada encima de un murito de piedra sosteniendo un libro entre sus manos mientras lo leía atentamente. Me fijé en la solapa del mismo y me di cuenta de que era precisamente el libro que había estado buscando los tres años anteriores.
No sabía qué hacer, lo pasé mal, lo tenía delante de mis ojos. Así que me lancé y me acuerdo que mantuvimos una breve conversación. No suelo hablar con extraños, pero tampoco estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad de saber dónde podría localizarlo. Ella era la dueña del libro, con lo cual ella tendría que saber dónde compró el libro.
-Disculpa – le dije -. No me creerás si te digo que llevo tres años buscando el libro que estás sujetando entre tus manos.
-Sí, me lo imagino, a mi me pasó lo mismo – me respondió la joven entre sonrisas -. Me costó muchísimo encontrarlo y hoy lo he terminado de leer.
-Perdona por haber sido tan atrevido, no quiero molestarte. ¿Podrías decirme dónde puedo encontrar otro ejemplar? – Pregunté -. Significa muchísimo para mí ese libro.
-No lo busques más. Toma, todo tuyo – me respondió la joven.
-No puedo aceptarlo ¡Es tuyo! – le dije.
-Sí, tienes razón, era mío – me dijo la joven -. Y te diré algo. No me vas a creer si te digo que he venido hoy hasta aquí precisamente para cumplir un objetivo, dártelo.
Alberto Zambade
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15 comentarios:
Dime una cosa ¿Somos nosotros los que buscamos ciertos libros o son ciertos libros los que nos buscan a nosotros? Ahora serás capaz de decirme que jamás te ha pasado que un libro te llamara, porque aunque me lo jures no te creo, estoy segura que en más de una ocasión algo te ha impulsado a comprar un libro que no pensabas, pero no cualquiera con ese título, exactamente el que te estaba llamando.
En cuanto pasen unos días te llamo para hablar de algo que te va a encantar.
Besazos.
Hola!! He leido en tu blog del periódico Que! tu historia y me ha gustado mucho. También yo escribo relatos, pero no suelo ponerlos en el blog, solo algunos. Te felicito por tus escritos.
Muchos besos de Ash!!
Gracias a tod@s por vuestra atención.
Yoli: Tienes mucha razón en lo que dices. Tengo que confesar que alguna vez me ha ocurrido. Besos y llámame cuando quieras..
Ash: Gracias por el apoyo. Cuando quieras, si te apetece, me envías un relato corto a mi correo y encantado te lo cuelgo en mi blog con tu nombre. Los genios no pueden quedarse en la penumbra... Un abrazo y bienvenido al mundo del Pequeño Dardo.
No te lo creo!!
ojalá me pasara lo mismo con los libros que me esperan...
saludos desde stgo-.
:)
Para SDVB:
Te lo aseguro.. alguna vez me ha ocurrido. Pienso que es cuestión del destino, ¿Sino qué explicación tiene?
Graicas por estar ahí.. Saludos a tu Santiago, tierra preciosa...
Los libros tienen vida propia. En el agua estamos seguros de ello. Pasate por alli...
Saludos
No puedo creer que eso te pasara.
De verdad, increíble, pensadolo me he dado cuenta que por culpa del trabajo no me queda tiempo para leer, me da muchisima pena, antes leía muchisimo. Ahora solo me da tiempo a leerme una cita de paulo cohelo antes de irme a dormir.
Nunca he creído en el destino pero me encantaría pensar que puede existir.
¿Qué me deparará a mi?
Así funciona la magia. tre lleva por otras sendas ;)
cosas del destino, no?
pero cuentame, cubrio tus expectativas?
que historia más mágica. Los libros tienen vida propia y un alma oscura. A todo esto, dinos el título del libro porque me tienes en ascuas. Un beso. Hacía mucho que no pasaba por aquí. Mil perdones.
Para Murrón: No hay nada que perdonar, más vale tarde que nunca. Sobre el título del libro yo te pediría que me dijeras uno que fuera muy especial para ti. Que te haya costado muchísimo encontrarlo y que darías, como en mi caso, lo fuera por tenerlo entre tus manos y devorarlo. Como dijo Una Madrileña en el Comentario nº 1: ¿Somos nosotros los que buscamos ciertos libros o son ciertos libros los que nos buscan a nosotros? Da igual el nombre del libro ahora mismo, lo importante es cómo me encontró él a mí. No sé si será casualidad o destino, pero fue maravilloso porque no sólo conseguí tener mi libro favorito entre mis manos, también hice una amiga inolvidable.
Saludos y abrazos a tod@s.
Un abrazo
HOLIS!!
NO ME QUEDA MAS QUE DECIRTE GRACIAS POR ENTRAR EN MI BLOG!
BIENVENIDOS PARA AMBOS!! (no te parece)
suerte besos
Me pareció a un cuento de Julio Ramón Ribeyro, llamada "La Insignia", y me intrigó saber el nombre de libro por el cual tres años te tuvo con la búsqueda... saludos desde Perú, amigo Beto.
Hola Alberto:
Me ha gustado mucho tu relato, tan mágico. Es el único que he leído de tu blog, cuando disponga de más tiempo lo visitaré con detenimiento.
Un saludo. Hasta pronto.
Sabés que amo los relatos repletos de magia y plines!!
Es un HE-CHO!
Besos repletos de conocimientos teóricos políticos (rindo el lunes)!
Y hasta despues de mi mesa de examen! Prometo pasar con más tiempito!
Abrazo de princesa!
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