30 de marzo de 2014

La leyenda de la Perla del Dragón

Hola Lectores: Si queréis publicar algo en mí blog para que lo vean los demás, enviármelo al e-mail: alberto.zambade@gmail.com y en breve será publicado. Saludos del Dardo
 
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La leyenda de la Perla del Dragón...
 
Siempre me han gustado las leyendas de china, esta en particular engloba una historia preciosa que leí hace tiempo en el Blog: Sobre Leyendas
 
Su versión original la encontraréis en éste Blog y  hoy os traigo una versión personalizada, siguiendo mi línea a la hora de redactar leyendas, como en cada una de las que he escrito hasta ahora, dando mi toque personal en cada texto.
 
Espero que la disfruten mucho, mis lectores... viajemos a la antigua china...
 
Arrancamos el viaje amig@s...
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Hace muchísimos años, vivía un dragón en la isla de Borneo;  tenía su cueva en lo alto del monte Kinabalu.
 
Aquél era un dragón pacífico y no molestaba a los habitantes de la isla.Tenía una perla de enorme tamaño y todos los días jugaba  con ella: lanzaba la perla al aire y luego la recogía con la boca.  Aquella perla era tan hermosa, que muchos habían intentado robarla.Pero el dragón la guardaba con mucho cuidado;  por eso, nadie había podido conseguirlo.
 
El Emperador de la China decidió enviar a su hijo a la isla de Borneo; llamó al joven Príncipe y le dijo:
 
“Hijo mío, la perla del dragón debe formar parte del tesoro imperial. Estoy seguro de que encontrarás la forma de traérmela.”
 
Después de varias semanas de travesía, el Príncipe llegó a las costas de Borneo. A lo lejos se recortaba el monte Kinabalu, y en lo alto del monte el dragón jugaba con la perla. De pronto, el Príncipe comenzó a sonreír porque había trazado un plan. Llamó a sus hombres y les dijo:
 
“Necesito una linterna redonda de papel y una cometa que pueda sostenerme en el aire.”
 
Los hombres comenzaron a trabajar y pronto hicieron una linterna de papel.
 
Después de siete días de trabajo, hicieron una cometa muy hermosa, que podía resistir el peso de un hombre. Al anochecer, comenzó a soplar el viento.
El Príncipe montó en la cometa y se elevó por los aires. La noche era muy oscura cuando el Príncipe bajó de la cometa en lo alto del monte y se deslizó dentro de la cueva. El dragón dormía profundamente. Con todo cuidado, el Príncipe se apoderó de la perla, puso en su lugar la linterna de papel y escapó de la cueva. Entonces, montó en la cometa y encendió una luz. Cuando sus hombres vieron la señal, comenzaron a recoger la cuerda de la cometa.
Al cabo de algún tiempo, el Príncipe pisaba la cubierta de su barco.
 
 “¡Levad anclas!”, gritó.
 
El barco, aprovechando un viento suave, se hizo a la mar.
En cuanto salió el sol, el dragón fue a recoger la perla para jugar, como hacía todas las mañanas. Entonces, descubrió que le habían robado su perla. Comenzó a echar humo y fuego por la boca y se lanzó, monte abajo, en persecución de los ladrones.
Recorrió todo el monte, buscó la perla por todas partes, pero no pudo hallarla. Entonces, divisó un junco chino que navegaba rumbo a alta mar. El dragón saltó al agua y nadó velozmente hacia el barco.
 
“¡Ladrones! ¡Devolvedme mi perla!”, gritaba el dragón.
 
Los marineros estaban muy asustados y lanzaban gritos de miedo.
La voz del Príncipe se elevó por encima de todos los gritos:
 
“¡Cargad el cañón grande!”.
 
Poco después hicieron fuego. El dragón oyó el estampido del disparo; vio una nube de humo y una bala de cañón que iba hacia él. La bala redonda brillaba con las primeras luces de la mañana y el dragón pensó que le devolvían su perla. Por eso, abrió la boca y se tragó la bala.
 
Entonces, el dragón se hundió en el mar y nunca más volvió a aparecer. Desde aquel día, la perla del dragón fue la joya más preciada del tesoro imperial de la China
 
 
Leyendas de China
Autor: Alberto Zambade
 
Contiene todos los derechos reservados de autor, Copyright 2014.
 
 

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