Los recuerdos se terminan borrando, pero las fotografías subsisten en el tiempo. Aún miro con anhelo la primera fotografía que me dio mi novia cuando nos conocimos y de esto hace más de 8 años. Por no hablar de las fotos que guarda mi madre de mis hermanos y mías, siendo unos mocosos. Yo con el babero vomitándole la comida a mi madre encima del jersey, mientras mi hermana me intentaba dar de comer el potito de verduras. También las de mis padres cuando eran novios, que por ciertos muy guapos aunque un poco horteras vistiendo.
Lo importante es que te recuerdan tu pasado y te ayudan a vivir mejor el presente. Las fotos, te rescatan aquello que crees olvidado y hasta te ayudan a zanjar ciertos enigmas del pasado.
Lo importante es que te recuerdan tu pasado y te ayudan a vivir mejor el presente. Las fotos, te rescatan aquello que crees olvidado y hasta te ayudan a zanjar ciertos enigmas del pasado.
Una vez me contó mi madre una anécdota increíble, pero cierta. La pérdida de su padre la hundió en recuerdos, la envolvió entre fotos durante más de un mes. Los recuerdos la atormentaban, por lo que decidió ir a ver a una curandera del barrio. Ésta le dijo, que su padre no descansaba porque había perdido algo y que sólo en sus fotos hallaría la respuesta.
Buscó con esmero y se dio cuenta que a una de las fotos le faltaba un trozo, justo era la mano derecha del reloj de oro de pulsera que tanto le gustaba, y pensó “dónde podría a verlo metido, sí siempre lo llevaba puesto ¡En el cajón de la mesilla de noche del hospital!”
Buscó con esmero y se dio cuenta que a una de las fotos le faltaba un trozo, justo era la mano derecha del reloj de oro de pulsera que tanto le gustaba, y pensó “dónde podría a verlo metido, sí siempre lo llevaba puesto ¡En el cajón de la mesilla de noche del hospital!”
Al día siguiente, se presentó en la recepción del hospital, y preguntó a la recepcionista, si en la habitación habían hallado un reloj de oro de pulsera. La chica le dijo, que sólo había una cajita de madera en la mesilla de noche, que estaba bloqueada y que era imposible de abrir. Se la entregó a mi madre y al cogerla sintió un escalofrío por todo el cuerpo. Abrió la caja sin resistencia alguna y, efectivamente, apareció el reloj de su padre y una fotito de ella al lado, que había perdido. Desde aquel instante descansó su alma en paz y la de mi madre.
Y pienso yo ¿Qué cosas tienen las fotos?
Firma: Alberto Zambade Santiago
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