2 de abril de 2007

Leyenda de la Puerta del Sol de Madrid

Hola Lectores:

Si queréis publicar algo en mí blog para que lo vean los demás, enviármelo al e-mail: alberto.zambade@hotmail.com y en breve será publicado.

Saludos del Dardo
Leyenda de la Puerta del Sol de Madrid
Cuentan crónicas antiguas que unos albañiles que participaban en las tareas de construcción recibieron la terrorífica visita de Satanás. Al parecer, entre puesta de piedra de Colmenar y yeso, una voz profunda se dirigió a ellos y les recordó que la edificación era propiedad del Infierno. De nuevo la leyenda recuerda que la culpa de todo eran los planos del francés.
Con el miedo calado hasta los huesos, los obreros se negaron a trabajar por temor a una nueva visita del Príncipe de los Infiernos. El director de la obra no tuvo más remedio que poner los hechos en conocimiento de la Inquisición. Ya con un destacado fraile presente en las obras -y en la nómina-, los trabajadores volvieron al tajo aún con ciertos temores. Afortunadamente, bien sea por la presencia del religioso o por compromisos del diablo, el caso es que no volvió a sentirse la presencia maligna en el edificio.
Pero este edificio, que alojó en su tejado el primer telégrafo óptico de España, aún recuerda otra historia singular que refiere una transfiguración. El protagonista en esta ocasión es su célebre reloj, procedente de la antigua iglesia del Buen Suceso.
Aunque ahora concite aires festivos cada 31 de diciembre, y con el nuevo año sus alrededores aparezcan sembrados de confeti, gorros, matasuegras y corchos de cava, en plena ocupación napoleónica sirvió de refugio a un militar francés -otra vez un francés surge en esta historia-.
Contaba el pueblo llano que cuando las tropas napoleónicas entraron en la ciudad de Madrid, un capitán de dragones francés ocupó este regio edificio con una pequeña compañía de soldados. Los madrileños, fieles a su carácter y enfurecidos por el asalto, rodearon la Casa de Correos y los militares huyeron, aunque nunca apareció el capitán francés.La leyenda cuenta entonces que Lucifer, para ayudarle, le había escondido en el flamante reloj. Fueron convocados especialistas relojeros de todo el país que revisaron la maquinaria y sólo encontraron un pequeño ratón. Se pueden imaginar el triste final que corrió el pobre roedor, confundido con un militar amigo del demonio...
Alberto Zambade
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9 comentarios:

Alba y Alvaro dijo...

Jejeje, pues sí, sí que me imagino el final de ese pequeño roedor. Me ha gustado mucho, muy interesante siempre conocer estas leyendas, sobre todo de nuestra ciudad.

Muchos besos.

les dijo...

yo siendo parte del personal obre ro, no vuelvooo, soy muy miedosa jejeje...

muy buena la historia...

backtoheaven dijo...

los demonios viene y terminan en el agua por eso en el mito de Jesus y Karast en Egipto los envia los gorrinos al agua y en la antigua mesopotamia se vestyian con trajes de pez.... Un video sobre esto aki
http://www.youtube.com/watch?v=ecIkxnNHLr0

Blog de alma dijo...

Puertas del bien y el mal...siempre se aprende ;)

Osselin dijo...

Hola amigo.
Te he leido en Ricardo Muñoz
Tienes una web muy interesante. Quizás te guste visitar mi blog:
http://www.fotopoemas-osseliln.blogspot.com/
Va de fotopoesía, minirelatos, poesía y fotografía experimental.

Anónimo dijo...

Que alegrìa que hayas llegado hasta aquí con esa bella y bien documentda página (felicitaciones) en la que sin duda voy adentrarme para conocerla bien.
Me encantó la mariposa, ojalá!! pudiese tenerla en mi página.
Tambíen te invito a que me visites en Periferia Ensayo y Poesía. http://intentos12-gerardo.blogspot.com

Recibe un abrazo infinito

les dijo...

jeje (gracias)

una madrileña dijo...

Uno de los edificios emblematicos para nosotros los madrileños y que hasta no hace muchas décadas seguia teniendo algo de macabro el ser obligado a visitar sus sótanos, a las personas que caminaban por la calle se les helaba la sangre al escuchar los gritos de los que recibian las palizas.
Según me contó mi padre hace muchos años, cuando un detenido estaba recibiendo una paliza de las que se daban habitualmente en ese edificio cuando era Gobernación, el que pegaba, repentinamente se quedó ciego. Mi padre nunca me aclaró si ocurrió de verdad o fue una leyenda que corrió de boca en boca, pensando en los tiempos que corrían, me lo contaba como si hubiera ocurrido en realidad. Era el justo castigo a un cobarde que había vendido su vida a la dictadura por un trabajo que consistía en apalear a sus semejantes por no ser afines al dictador.
Como siempre, es un placer leer tu escritos.

Alberto Zambade dijo...

Gracias a tod@s por sus aportaciones y por su constancia. Siento tenerlo tan abandonado pero últimamente lo que no tengo es tiempo, pero sí munchas ganas de seguir escribiendo y no veo lugar para ponerme y actualizar el blog. Eso sí, os adelanto que pronto colgaré los escritos que voy recibiendo de todos ustedes, lectores incansables...

Un placer verles por mi rincón cada uno con su opinión.

Buen fin de semana a tod@s.

Dardo