14 de julio de 2006

La pequeña caja de cristal

Hola Lectores:

Si queréis publicar algo en mi blog para que lo vean los demás, enviármelo al e-mail: alberto.zambade@hotmail.com y en breve será publicado.

Saludos del Dardo

Hoy os presento un Micro-cuento.
Espero que os guste.
Micro-cuento 7

La pequeña caja de cristal

Mi padre, de pequeño, me dijo un secreto, que he guardado con mucho cariño todos estos años. Es sobre una caja pequeña de cristal. Pero no una caja pequeña de cristal cualquiera, no. Esta era muy especial, porque en su interior albergaba los sueños de todos. Ahora me tocaba a mí confesárselos a la pequeña caja de cristal. Y como no sabía cómo hacerlo, lo consulté con mi padre:
-Papá, qué le digo a la caja.
-No sé. Por ejemplo, todo lo que quieres que se te cumpla en un futuro-me dijo entusiasmado y muy serio.
Yo le pedí, por aquel entonces, mil cosas a la pequeña caja de cristal. Con el paso del tiempo llegué a una conclusión. Sólo se te cumplen tus deseos, si puedes hacer que tus deseos se cumplan. Hoy pienso, que no todo lo que nos dicen es verdad. Al igual que, tampoco podemos creernos que todo lo que creemos que es verdad, es todo lo que nos dicen y decimos. En fin. El caso es que tomé mis propias decisiones y recapacité sobre lo qué tengo y sobre cómo lo he conseguido, y me acordé de la caja pequeña de cristal. Pues en su interior aún me quedan algunos sueños pendientes por cumplir, lo que no sé es si algún día se cumplirán o no. Yo sigo confiando en la pequeña caja de cristal que alberga en su interior mis ilusiones y las de toda mi familia.

Fuente: Alberto Zambade (El pequeño Dardo)

2 comentarios:

Maria dijo...

que bonito tener un papá que te haga creer en una ilusion, me sorprende que aún tengas los mismos deseos que de niño; tienes mucha suerte y el corazón de entonces...

Alberto Zambade dijo...

Siempre queda en el recuerdo un padre, al igual que una madre, son las únicas cosas en la vida a las que jamás las cambiaría por nada. Los recuerdos es el fruto de su constancia y dedicación hacia mí. Que mínimo regalarle estas palabras ¿No crees?